Viajar, comer moluscos y pescados, ser escurridizos y sinuosos que
gustan del mar y de los ríos... Gallegos y anguilas compartimos no
solo un territorio, sino también características que nos hacen
únicos, como únicas son las centenarias artes de pesca que utiliza
Juan Carlos Dacosta Vázquez, el último anguileiro de Pontevedra. Su
familia captura desde hace más de un siglo estos apreciados pescados
haciendo uso de "mollos", cestos especiales realizados con
sarmientos de vid, y es depositaria de la última concesión para la
pesca de anguilas en el río Lérez.
El bisabuelo de Juan Carlos Dacosta Vázquez, Antonio, vió hace más
de un siglo un Lérez que ya no existe, un ecosistema único tanto por
su belleza como por su riqueza piscícola, que aprovechó haciendo uso
de los llamados "mollos".
Se trata de una trampa centenaria realizada con sarmientos de vid,
un ingenio que los especialistas equiparan en antigüedad a las
trampas para anguilas que los romanos situaron en distintos ríos
gallegos.
Los "mollos" se atan y se bajan mediante una cuerda la río, cerca de
la escollera, donde capturan las anguilas de mayor tamaño.
"Cada año los mollos se hacen nuevos", explica Juan Carlos Dacosta,
"aunque yo este año tuve un problema, porque las riadas me llevaron
todos los mollos, como hubo tantas lluvias no resistieron la crecida
y ahora dependo de que me renueven la autorización".
Y es que no es fácil que Medio Ambiente de su visto bueno a estas
prácticas. De hecho, la familia Dacosta es la última de la comarca
que cuenta con autorización para capturar anguilas en el Lérez.
La concesión de esta familia que reside en Portosanto se extiende
desde las inmediaciones de la fábrica Ence hacia el interior del
río. Se trata de una autorización a extinguir y Juan Carlos Dacosta
es el único que, con esfuerzos, ha logrado renovarla hasta este
2013.
"Es una técnica que no destruye nada, aún mejor, le explico: los
chocos crían en estos mollos y cada día vemos más, si lo viese se
quedaría asombrada, hay decenas y decenas de huevos y crían ahí pero
en la consellería no hay manera, solo dicen que no y que no, y yo
estoy luchando siempre para que se reconozca que es una trampa
totalmente ecológica, pero no hay manera de convencerlos, no se por
qué", añade el veterano pescador.
Éste recuerda que "en los mollos solo se quedan atrapadas las
anguilas de mayor tamaño, nunca jamás las pequeñas que se escurren".
¿Cuánto capturan habitualmente? Dependiendo del momento de la
temporada "unos 8 o 10 kilos, pero nada de grandes cantidades".
Las anguilas nacen en las Xunqueiras. "Creo que es ahí, porque hemos
visto muchas pequeñitas y mi abuelo me decía que nacían ahí".
Dacosta lamenta, como muchos vecinos de la comarca, la sistemática
destrucción a la que se ha sometido al Lérez mediante rellenos y
vertidos. "Hoy el río está bastante contaminado, hay muchos
vertidos, yo también me dedico a la almeja y me parece que tiene
muchos contaminantes como el mercurio tanto por las fábricas como
por los desagües, así es que cada vez hay menos anguilas. Mire, yo
recuerdo pescar lenguados aquí, somos de una familia de pescadores
de siempre, mi bisabuelo, mi abuelo, mi padre y yo ahora. Me
gustaría que mis hijos también lo fuesen pero más aún me gustaría
dejarles un río sano". Un deseo tan amplio como las xunqueiras donde
nacen las anguilas.