(
Poño unhas fotografías
do cambio)
Incorporo en outubro de 2023 un pequeno video
interesante
Faime chegar o meu sobriño Alberto Ollero, nótase que
ten boa vista e boa memoria, xa que envíame o video lembrando o
interés que teñen para mín todo ó relacionado cos ríos, un video que
merece a pena ver.
Quero que
vexa esta ficha das libeliñas e dos gaiteiros e que sepa a
importancia que teñen estes insectos nos ríos de Galicia. E que vexa
a metamorfosis máis incrible dentro da natureza, o paso de besbello
a libeliña, dous insectos completamente distintos en apariencia,
pero son un soio.
Gracias
Alberto por este video. Pulsa neste
link:
Dúas libeliñas (ver as dúas
pares de ás) facendo a cópula; que conste que esto mismo
poden facelo en vó. As libeliñas poñen manterse no aire
paradas e facendo esta acoplación. foto sensacional de
Alberto Ollero.
Aquí a femia vese que é un pouco bruta, ou demasiado
cariñosa, habería que investigalo, o normal é que a femia colla polo
pescozo o macho, neste caso tena collida pola cabeza.
A fotografía e o video están feitos en Vigo na zona
Universitaria.
A investigación seguinte, de
Anais
Rivas tamén foi feita en Vigo.
Nota incorporada en setembro do 2023:
Unha espiña que teñen as libélulas é para
acortar os momento da cópula.
Incrible investigación.
Un artigo de Sandra Penelas revela este
traballo feito na Universidade de Vigo.
La investigadora chámase Anais Rivas.
Poño un tro dos texto:
"...
La bióloga constató
la hipótesis de que la espina vulvar de las hembras es una
adaptación genital contra los machos mediante experimentos
realizados con la especie Enallagma
cyathigerum, presente en toda Europa y Galicia, pero este
verano los han replicado con Ischnura
graellsii, que también viven en nuestra comunidad, y los
resultados corroboran que se trata de un arma sexual.
Durante las cópulas, las hembras no pueden alimentarse y permanecen
más expuestas a depredadores, además de que sus posibilidades de
estar con otros machos se reducen. Pero el estudio demostró que la
espina reduce los encuentros a la mitad, de 99 a 54 minutos.
“El macho está más tranquilo cuando le retiramos la espina a la
hembra porque no tiene esa molestia. Las cópulas son largas y he
llegado a observar, sobre todo, en Ischnura, encuentros
de 12 a 14 horas”, apunta Rivas, que para su estudio
analizó 127 apareamientos en los insectarios del laboratorio entre
ejemplares de Enallagma recolectados
en la laguna de Doniños (Ferrol).
Todas las hembras tienen esta espina, pero hasta ahora se desconocía
su posible función. Podía ser algo vestigial, como nuestras muelas
del juicio o el apéndice, pero encontramos que había un motivo
evolutivo. En algunas especies es más robusta o prominente y en
otras varía su longitud. Y ahí es donde nos queremos centrar ahora a
largo plazo, en llevar a cabo una comparación evolutiva entre
especies. Nuestra hipótesis es que en aquellas donde la espina es
más pequeña o incluso ha desaparecido es porque la cópula ya es más
corta de por sí y no necesitan infligir ese daño”, explica.
Los resultados del estudio, que se llevó a cabo en los laboratorios
de EcoEvo en la Escuela de Forestales de Pontevedra, se acaban de
publicar en la revista Evolution,
en un artículo que Rivas firma junto al catedrático y líder de su
grupo, Adolfo Cordero, y la investigadora Viviana Di Pietro.
Salvo las especies que practican el canibalismo sexual como las
mantis, hasta ahora no se conocían casos de hembras que dañen a su
pareja durante la cópula. De hecho, los expertos de la UVigo
partieron de tres hipótesis para explicar la utilidad de la espina
vulvar de las libélulas: reducir la duración del apareamiento,
conseguir una mayor eficiencia en el momento de la puesta de huevos
o servir como “dispositivo estimulador” para que el macho transfiera
más esperma o fluidos nutricionales a la hembra.
Pero las observaciones ratificaron que se trata de una auténtica
arma sexual, ya que este apéndice “ofensivo” permite a las hembras
ejercer cierto control sobre los apareamientos al generar suficiente
“incomodidad” o “dolor” a los machos para que su duración se reduzca
hasta la mitad.
Los estudios también demostraron que no se producían daños físicos
en la vesícula seminal del macho, que es exactamente donde la espina
hace contacto durante la cópula. Además, las hembras con y sin
apéndice vulvar tuvieron las mismas tasas de puesta de huevos y
mostraron una fecundidad y fertilidad similares.
Y la longevidad de los machos de fue igualmente similar entre los
que se aparearon con hembras de control (con espina) y con las que
carecían de dicho apéndice.
El grupo EcoEvo ha desarrollado numerosos estudios pioneros
relacionados con las libélulas en todo el mundo e incluso
descubierto nuevas especies. Y Anais Rivas ha participado en
proyectos desarrollados en México, islas Fiji, Cuba, Brasil, Ecuador
y Galápagos.
Catalana de nacimiento, la investigadora llegó a Galicia en 2015 y
aquí le gustaría seguir desarrollando su carrera a pesar de las
dificultades del sistema en España: “Me queda un año de contrato y
no sé si habrá dinero para poder renovarme. Hay muy buenos
investigadores en nuestro país pero la competencia es muy elevada
porque las ayudas y las oportunidades son muy pocas”.