A REUNIÓN DO PINDO

        EN CARNOTA (GALICIA)

//

"O funeral do Roble Enano"

Escribe:  Jorge Casanova.

Asistentes :

Roble enano

 

Marita a vacaloura.

Sisa a salamandrita

 

Grunt o Sapoconcho.

Ralf o Oso.

Rita o Urogallo femia.

Flip o arao.

Splis  o salmón

Ve-lo texto.             salir.jpg (922 bytes) Saír

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A REUNIÓN.

O texto está en castelán é non procede a tradución.

Esta, é a crónica dunha reunión que nunca existiu pero que podía haber sido certa, para enchernos de vergoña ós galegos (os que a teñen, xa que hai moitos que lles importa tres pitos) . Sete animais, representantes de algunhas das familias que forman a maltratada biodiversidade galega, rindiron unha homenaxe a unha das especies que se foi para non volver: o carballo  enano. Un novo funeral : un máis entre moitos.

O texto é de Jorge Casanova. (A miña enhoraboa ó autor).

As fotografías foron engadidas polo autor da www.

A escena transcurre no Pindo, preto de Carnota, na fotografía de Xurxo Lobato pode verse, á esquerda, xusto onde desemboca o río  Xallas, un dos moitos desastres que Galicia e os galegos permitimos, un río seco no seu derradeiro tramo, unha vergoña. 

O Pindo. Fotografía de Xurxo Lobato da Voz de Galicia.

Un lugar mítico de Galicia, un lugar incrible, onde se reunen os deuses celtas, as fadas, as meigas e tamén os animais que véndose  en peligro de extinción por unhas malas accións dos galegos, tratan de agruparse e axudarse entre eles...

Os animais falan dos humáns como  "os diablos de dúas patas" e penso que teñen razón...

Vexamos a historia:

 

 

Grunt, el sapoconcho, fue el último en llegar. Ya era noche cerrada cuando alcanzó la cima del monte Pindo, en Carnota. Allí le esperaba el resto del clan, el exclusivo grupo de animales amenazados que habían sido arrastrados por su solidaridad hacia la última morada del roble enano. Marita, la vacaloura, uno de los insectos más característicos de aquella tierra llamada Galicia había llamado a la concentración, era la anfitriona que perseguía el calor de otros animales ante la destrucción de uno de sus últimos habitats en el país.

.- Al fin, Grunt. Hay cosas que no cambian nunca eh ?.

El pobre sapoconcho remontó como pudo los últimos metros y se sentó junto a aquellos animales, casi únicos, que tan bien conocía. Allí estaba Ralf , el oso, que llevaba tres días peregrinando desde los montes de Asturias y que hacía muchos años que no se acercaba tanto a la costa. De hecho la presencia del plantígrado daba la medida de la gravedad de la situación. Ralf únicamente salía de su segura morada en muy especiales ocasiones. Igual que Rita , la urogallo hembra, condenada desde hacía años a una existencia clandestina y solitaria en los montes de Ancares. También se había desplazado Flip un arao joven que acudía por vez primera a aquel tipo de reuniones y que intentaba limpiarse la enésima mancha de aceite que se le había pegado en un ala poco antes de iniciar el viaje. El salmón Splis y la salamandrita Sisa   habían llegado juntos por un corredor de acuíferos desconocido para el hombre.

En realidad no hacía falta dar muchos detalles sobre el desastre que había arrasado la última población del roble enano, pero la vacaloura, que era muy ceremoniosa, se vio en la obligación de dar unas palabras de bienvenida:

.- Queridos amigos, sé lo que os ha costado llegar hasta aquí y os lo agradezco. No sé cuando nos podemos volver a reunir y si en la próxima ocasión seguiremos estando los siete. Como sabeís, un incendio arrasó este maravilloso paraje donde mi especie se desarrollaba desde hace cientos de años. Mañana mi familia y yo viajaremos hasta otro bosque, aunque no sé si llegaremos con vida. Cada vez quedan menos alternativas y me temo que en unos pocos años las vacalouras desapareceremos porque no podemos vivir entre los pinos y mucho menos entre los eucaliptos.

Se hizo un breve silencio ante las gravedad de las palabras del insecto. Marita retomó la palabra para desmenuzar la problemática de otros insectos: las familias que iban desapareciendo, el efecto irreversible de los pesticidas y el progresivo calentamiento de todo su entorno que apreciaba. En este momento todos asintieron. El calor era una maldición y nadie estaba a salvo. Hasta el salmón Splits que tantas veces entretenía a sus amigos con los relatos de sus larguísimos y exóticos viajes, se limitó a corroborar esa sensación:

.- Hace calor en todos los sitios. Es imposible zafarse de él.

Splis dio algunas novedades sobre el deterioro de los caminos habituales: los obstaculos en forma de presas habían aumentado y, por lo que veía, iban a seguir haciéndolo. Y la contaminación de los ríos, por increible que pudiera parecer, mantenía un espeluznante crecimiento.

En aquel momento, Rita rompió a llorar. Su existencia era un infierno :

.- Desde que murió mi hermana me paso las 24 horas del día intentando mantenerme con vida, contra la codicia del zorro, el horror del fuego, el insoportable calor y hasta de los disparos de los diablos de dos patas. Cualquier día me sorprenderán y me moriré. Y ni siquiera he conocido un macho.

El silencio volvió a apoderarse del grupo. Sisa , la salamandrita colilarga que se mantenía cerca de la perenne humedad del salmón, recordó a su familia, en las charcas de las Fragas del Eume. Ellos eran muchos. Pero Sisa no olvidaba las historias de las viejas salamandras que transmitían los recuerdos no tan lejanos de cuando una colonia entera podía desplazarse por toda Galicia, de charca en charca, de río en río. Hoy, su familia ya estaba sola, aislada y cercada por la contaminación y la desecación del humedal.

Y mientras los siete animales permanecían callados y abatidos, entre aquel silencio tenebroso, una voz profunda y extraña salió del tronco quemado de uno de aquellos robles moribundos:

.- Irmáns, non vos acobardedes. Sodes os derradeiros dunhas estirpes que levan a historia de Galicia no seu sangue, que estiveron sempre nesa historia verdadeira e non na que contan os demos de dúas patas. Ti, oso, que fuches o rei dos montes galegos e que agora vives no exilio. Ou ti sapoconcho, que tes que sobrevivir as tartarugas que alguén trouxo das Américas. Ou ti, urogalo, que choras porque non tes fillos e non quedará ninguén da túa familia para saltar polas corredoiras do bosque. Todos vos, os que representades e os que non puideron vir, tedes que manter o orgullo da vosa especie mentras quede vivo, aínda que só sexa un de vos. Aguentaremos mentres podamos porque é o noso compromiso. Loitar contra eles, os que tamén se din galegos pero que nos queren exterminar. E a loita é manterse con vida. Sorte e saúde.

Y la voz se extinguió en el interior del roble moribundo, que volvió a la larga agonía a la que el fuego le había condenado. Los siete animales se miraron en silencio hasta que Grunt , el sapoconcho, recordó que en poco tiempo amanecería y que aun les quedaba un largo y muy duro camino de regreso. Así que se despidieron y partieron a ocupar su preciado y frágil habitat; lugares en proceso de deterioro pero en los que aún podían vivir. Cada uno de ellos se abrazó al carballo enano   antes de partir y Marita  , la vacaloura se hinchó a llorar mientras memorizaba las siluetas que desaparecían en la noche de aquellos animales que tal vez nunca más volvería a ver.

El domingo 2 de abril, un incendio consumió 800 hectáreas en el monte Pindo, en Carnota. El fuego acabó también con la última población de roble enano ( Quercus Lusitánica)   de Galicia. De este modo, y aunque aún quedan algunos ejemplares en el Monte Louro, de Muros, el suceso añade un nombre más a la ya muy nutrida lista de especies extinguidas o condenadas a la extinción que han mermado la biodiversidad en el siglo que acaba.

 

 

O texto é de Jorge Casanova e foi publicado na Voz de Galicia do domingo día 14 de maio do 2000. Un texto conmovedor e que agradezo no nome,  non soio dos sete animais citados sinon de toda a natureza galega.

A música que debera sonar titúlase "Nubes do outro lado". Música de Carlos Núñez interpretando a Ry Cooder. Penso que ben o merece este texto sensacional...

Secundino Lorenzo. Ourense. Maio de 2000.

 

Nota: O pindo posteriormente ardeu no 2006 e no 2013, unha auténtica catástrofe con este lugar emblemático.

 

Esta era a imaxen no 2006, ardía Galicia e ardía o Monte Pindo. Foi terrible.

 

Estos días,11-12-13-14 de setembro do 2013 ardeu outra vez este monte.

Falan de noventa anos para recuperarse....

Para chorar...

 

¡Malditos para sempre os que queiman o monte!

flecha.jpg (1049 bytes) Subir