Anónimo. Calila y Dimna. La garza y las truchas

Este cuento aparece en el libro "Ríos de Letras". Antología de la imagen del agua  y de los ríos en la literatura. De Pedro Brufao y Manuel García.

 

El cuento La garza y las truchas es anónimo y tiene su origen en una colección de cuentos ejemplares que se remontan al año 300 d. de J.C.

Estos cuentos son vertidos al romance castellano por orden de Alfonso X el Sabio.

Ver el cuento.

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LA GARZA Y LAS TRUCHAS.

La trucha, la garza y el cangrejo son fotografías introducidas por el webmaster de la página.

   Cuentan de una garza que había hecho su nido en una deleitosa orilla, en la cual había infinidad de truchas; pero habiendo envejecido el ave, y no pudiendo ya pescar como antes soliera, el hambre le hacía concebir tretas para hacerse con aquellas truchas y otros peces del lugar. Un día que mostraba pesar y cuidado, la vio un cangrejo, quien acercándosele le pregunto:

       -¿Qué hay, que se te ve triste y abatida?

       -Más malo que bueno. Yo me solía alimentar de estas truchas, pero sucede que esta mañana llegaron por aquí dos pescadores y que el uno le dijo al otro: "¿Por qué no les echamos las redes a estas truchas que hay aquí?". Y el otro entonces le respondió: "Vayamos primero a otro lugar que también está lleno de ellas, luego vendremos aquí y también cogeremos éstas" Es decir que, en terminando ellos de pescar las del otro lugar, pronto estarán aquí de vuelta, y no quedará ni una de las truchas que aquí hay, lo cual resultará en mi hambre y mi muerte.

      Entonces, el cangrejo fue a todas las truchas y peces de por allí, haciéndoles saber lo que intentaban los pescadores. Las truchas, por su parte, decidieron consultar a la misma garza:

      - Venimos ante ti para que nos aconsejes, pues el hombre sabio no deja de aconsejarse con su enemigo, siéndole de provecho las cosas que de éste puedan aprender. Y ya que de nuestra vida depende tu propia supervivencia, seguro que tienes algo que aconsejarnos.

      Y dijo la garza:

      -Ciertamente, no podemos evitar que esos pescadores vengan por aquí, pero yo se de una laguna muy colmada de agua y mucho bien; si queréis, vayámonos allá, que en esto os va provecho y salvación.

       Y dijeron ellas:

       ¿Y quién nos haría el favor de llevarnos hasta esa laguna que dices, a no ser tú?

       - Con mucho gusto yo mismo lo haría.

       Y comenzó entonces a sacarlas de allí de dos en dos, pero dejándolas en una orilla donde las iba devorando.

       Vino un día el cangrejo y le dijo a la garza:

       - Yo también tengo miedo de quedarme aquí. Harías bien en llevarme a mí también.

         La garza se llevó al cangrejo hasta la ribera donde ella se comía las truchas.

         Viendo el cangrejo el montón de espinas, se dio cuenta de que lo que ocurría, y de que también él corría peligro. Así que se dijo: "Cuando un hombre se halla con su enemigo en lugar donde sabe que éste puede matarlo, debe luchar con él para defender tanto su honor como su vida, por más que pueda vencer o no, y ni se humille ni si abaje".

         Y entonces trabó con sus tenazas el cuello de la garza, y apretándola con todas sus fuerzas la mató.

         Tras esto, el cangrejo volvió al lugar donde habitaban las truchas, contándoles a éstas lo que hiciera la garza, y cómo la había matado. y allí siguieron todos viviendo en compañía.

        

 

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